¿A qué saben los extraterrestres? se preguntan dos artistas canarios que llevarán a cabo una performance gastronómica en la que practicarán una autopsia a un alien de gominola de 60 kilos y luego lo ofrecerán para su degustación a los asistentes a este acto.
Con este peculiar extraterrestre a bordo, un platillo volante aterrizará el próximo 6 de mayo en el Puerto de la Cruz (Tenerife), donde instalará una mesa de autopsias, una lámpara de quirófano y varias cámaras que grabarán cómo estos dos artistas desgarran al alien, bautizado como "Alien6", y dan sus extremidades y órganos a un público hambriento.
Así lo explica en una entrevista a Efe el promotor de este espectáculo, Oliver Behrmann, quien, acompañado del restaurador Carlos Gamonal, promete desvelar una vez más a qué sabe un alien.
Y es que se trata de la sexta vez que realizan esta performance, que han hecho en Tenerife, Londres y Madrid, y que está inspirada en la polémica película de Ray Santilli de 1947 que mostraba la autopsia del cadáver de un extraterrestre después del choque de su platillo volante en el desierto de Nuevo México.
Según explica el creador Oliver Berhmann, en aquel momento el autor de este largometraje aseguró que la película era una cinta original extraviada de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, hasta que, tiempo más tarde, admitió que todo era un montaje.
De la misma manera, con guantes y máscaras, vestidos con trajes blancos y con material quirúrgico real en sus manos, estos dos artistas canarios recrearán una autopsia de un alien que además de gominolas de varios sabores tiene en su interior bombones, absenta verde, gelatina, polvos peta-zeta y hierbas aromáticas.
Aunque cada alien que han creado es diferente, su proceso creativo dura de dos a tres semanas y consiste en modelar la figura del extraterrestre, rellenarla con 50 kilos de gominolas de diferencias consistencias, colores y sabores y finaliza dándole una ducha de azúcar para su conservación.
Sin embargo, la obra de Berhmann y Gamomal va más allá de explorar a qué saben los extraterrestres, ya que lo que verdaderamente les interesa es la reacción que tiene el público al ver cómo dos personas someten a un alien de 1,45 metros de altura a una golosa autopsia.
En base a su experiencia anterior cuentan que aunque al principio suelen estar desconcertados, luego, cuando los más atrevidos comienzan a probar las entrañas del extraterrestre, la masa de público llega a saltar el cordón que separa la zona de operaciones y a arrancar con manos y dientes alguna parte del dulce alien.
"Y hasta se llegan a olvidar de que es un alien", bromea Berhmann.
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