El estadounidense Walter Samaszko, de 69 años, vivió humilde, y tras su fallecimiento cuadrillas de limpieza hicieron el asombroso descubrimiento. Las monedas valoradas en 3 millones de dólares están por ser subastadas
Aunque vivió varias décadas en el mismo vecindario tranquilo, aparentemente nadie lo conocía. Walter Samaszko era tan poco conocido que pasaron varias semanas antes de que las autoridades descubrieran que había fallecido en su modesta casa de Carson City.
Cuando llegaron las cuadrillas de limpieza, hicieron un descubrimiento asombroso: el hombre de 69 años que había llevado una vida tan humilde tenía una enorme colección de miles de monedas de oro valoradas en millones de dólares, guardadas en viejos cajones de munición en su cochera.
Aproximadamente la mitad de la colección se subastará en las próximas horas en un tribunal de Carson City para saldar unos 800 mil dólares en impuestos y cargos a la herencia.
Lo recaudado por encima de esa cifra se entregará a una maestra sustituta de San Rafael, California, que es prima hermana de Samaszko y su única heredera. Se requirió una búsqueda exhaustiva para localizar a Arlene Magdanz.
Entre las monedas había documentos con detalles minuciosos de las compras, que datan de por lo menos 1964, cuando el precio promedio del oro era de 35 dólares por onza. En este momento el oro se vende a casi 1.600 dólares por onza.
Las autoridades creen que su madre, que vivió con Samaszko hasta su muerte en 1992, compró la mayoría de las monedas.
A pesar de los millones de dólares que tenía en la cochera, Samaszko no parecía llevar una vida de lujo. Documentos oficiales muestran que sólo retiraba unos 500 dólares al mes para pagar facturas modestas. Samaszko falleció con 1.200 dólares en una cuenta corriente y un poco más de 165.000 dólares en una cuenta de mercado monetario y fondos de inversión.
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