Nicole está en tratamiento porque lleva dos años que no para de comer desodorante en barra (aunque también le gustan los de aerosol) y cuidado como no tenga a mano uno porque el pánico y la ansiedad se apoderan de ella.
Suele decirse que 'hay gente pa tó' y desde luego a Nicole, una joven neoyorkina, la podemos meter en el saco.
A ella y a todos los protagonistas de un programa americano llamado 'Mi extraña adicción' ('My Strange Addiction' en inglés).
Pero vamos a quedarnos con Nicole.
Esta joven de 19 años es adicta a los desodorantes. Pero no adicta de echarse desodorante a todas horas, sino de comérselos.
Los que más le gustan son los que vienen en barra pero también le gustan los de aerosol.
En los dos años que lleva consumiéndolos ha acabado con 360 barras.
Se las come todos los días y a todas horas y cuando una vez lo intentó dejar, se puso muy mala con fuertes dolores de cabeza, y cuando se da cuenta de que no tiene desodorante a mano le da un ataque de pánico y de ansiedad.
Comer desodorante es muy peligroso ya que contiene aluminio, que es perjudicial para la salud.
Nicole lo sabe y por eso, con la ayuda de su novio y un amigo, está acudiendo a terapia para dejar de lado esta peligrosa (y extraña) adicción.
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