Sin nada más que la bandeja que lo metió en “problemas” (en primer lugar) para cubrir su pudor, se encontró con los otros huéspedes del hotel, mientras intentaba llegar al lobby y pedir auxilio a los trabajadores del mismo.
Para la mayor ironía del extraño hombre desnudo, al encontrarse con la recepcionista y explicarle los motivos, ésta le solicitó su licencia de conducir o documento de identidad.
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