sábado, 29 de septiembre de 2012

Se llevará a cabo en Francia un juicio por manipulación mental a una familia

Diez años fueron los que 11 miembros de una familia de la nobleza francesa se ocultaron del mundo y se arruinaron, por que un hombre aseguraba protegerlos de un complot. Este caso es conocido como "Los reclusos de Monflanquin".

Thierry Tilly, de 48 años, y su presunto cómplice Jacques González, 65 años, les comienza hoy el juicio en el tribunal de Burdeos.

La historia comienza en el año 1999, cuando Tilly conoció a Ghislaine de Védrines, pudiendo lograr que fuera contratado en la escuela como secretario. A los demás miembros de esta familia conocida y pudiente se presentó como agente secreto que trabajaba en aras del “equilibrio del mundo” para una institución “situada por encima de los Estados” que luchaba en particular contra la masonería: la “Blue Light Foundation” (La Fundación de la Luz Azul”).

Tilly les hizo creer poco a poco que son objeto de un complot, aunque si financian “el combate”, puede protegerles la vida.
Los escépticos, como el marido de Ghislaine, Jean Marchand, son objeto de todo tipo de acusaciones de Tilly, quien al final consigue que el grupo los rechace.

Este grupo comprende once personas: Guillemette de Védrines, muerta en 2010 a los 97 años, sus tres hijos Philippe, Ghislaine y Charles-Henri, los cónyuges de dos hermanos, Brigitte y Christine, y cinco nietos ya adolescentes.
Todos fueron reconocidos víctimas de un “control mental”, del que han logrado zafarse. Sin embargo, estos integrantes de la familia Védrine han perdido, además de diez años de su vida, 4,5 millones de euros en bienes inmobiliarios y financieros, muebles, pinturas, joyas, salarios…

Tilly será juzgado por secuestro con liberación antes del 7º día para facilitar la comisión de un delito, y violencia voluntaria a persona vulnerable con premeditación por el episodio que afecta a Christine de Védrines, y por abuso de debilidad de persona en estado de sometimiento psicológico para toda la familia.

González, enfermo y en libertad bajo control judicial, será juzgado por complicidad y abuso de debilidad. Podrían ser condenados a 10 y 5 años de cárcel.

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