martes, 1 de enero de 2013

Deja 10 millones de euros a sus vecinos al enterarse de que sus familiares querían encerrarla en una residencia

Las buenas acciones, las que se hacen con el corazón, tienen premio. Y si no que se lo digan a Beatrice y Robert Gray. Este matrimonio australiano acaba de heredar de su vecina una propiedad valorada en 10 millones de euros.

Los Gray cuidaron de Betty Harris durante casi una década, hasta su fallecimiento en 2009 a los 95 años. De manera altruista, ayudaban a su vecina, le pagaban los recibos de la luz y el gas, e incluso le hacían la comida.

Harris, que pese a haber estado casada no había tenido descendencia, decidió cambiar su testamento en 2005. No se lo dijo a nadie, ni siquiera a su propia familia.

Su sobrina, Coralie Hart, única heredera hasta ese momento, llevaba tiempo intentando encerrarla en una residencia de ancianos para disfrutar de su mansión frente a la playa, situada en Point Pipper, a las afueras de Sídney.

Batalla legal
Cuando llegó la hora de leer las últimas voluntades de Betty Harris, Hart, que llevaba 13 años sin ver o hablar con su tía, se llevó una sorpresa: “después de todas las situaciones desgraciadas que me han hecho vivir, mis familiares no se llevarán ni un céntimo”, aseguraba el documento, según la web de noticias australiana News.com.

El testamento desencadenó un largo proceso judicial que ha tardado casi tres años en resolverse. Coralie Hart afirmaba que su tía estaba aquejada de demencia senil cuando ordenó variar el destinatario de sus bienes.

Un juez ratificó voluntad de la anciana, modificada en su testamento de 2005, reconociendo que “hay indicios que Harris sufría algún deterioro cognitivo en el momento de firmar un nuevo testamento”, pero insuficientes como para declararlo nulo.

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