Un marroquí fue detenido el miércoles en pleno centro de Casablanca con 37 perros muertos y despellejados, y según su confesión listos para convertirlos en salchichas.
El hallazgo se produjo por casualidad, cuando el chófer de una camioneta cometió una infracción de tráfico y fue interceptado por un policía; al inspeccionar su carga, el agente descubrió los cadáveres de los perros en el remolque.
El chófer, que parece ser un carnicero, confesó que se dirigía con su carga a la medina antigua, donde los perros serían despiezados y transformados en salchichas.
En 2009, siete personas fueron detenidas también en Casablanca por vender carne de perro mezclada con colorantes y productos químicos para hacerla pasar por picadillo de ternera y comercializarla en un país donde el perro es particularmente despreciado.
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