Ali al Jawaher, de 24 años, lleva 10 años en prisión por el crimen que cometió, y el cual dejó a la víctima en silla de ruedas.
Ante ello, Amnistía Internacional condenó la sentencia de del tribunal saudí. "Paralizar a alguien como castigo por un delito sería tortura", dijo en un comunicado a última hora del martes Ann Harrison, subdirectora de Amnistía para Oriente Medio y África del norte.
Sin embargo, Jawaher tiene una opción para no sufrir dicha condena: que su familia pague un millón de riyales saudíes (unos 210.000 dólares) a la víctima.
"Que se pudiera aplicar un castigo así es absolutamente estremecedor, incluso en un contexto en el que la flagelación se impone frecuentemente como castigo por algunos delitos, como ocurre en Arabia Saudí", añadió Harrison.
Un grupo saudí de defensa de los derechos humanos con apoyo gubernamental no respondió a una petición de declaraciones.
Igualmente, el diario en lengua árabe Al Hayat citó a la madre de 60 años de Jawaher diciendo que su hijo tenía solo 14 años cuando cometió la agresión. Contó que la víctima pidió 2 millones de riyales para perdonar a su hijo y que luego redujo la cifra a la mitad.
"Pero no tenemos ni siquiera una décima parte de esta suma", lamentó.
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