Lauren Odes, de 29 años, trabajaba en la oficina de un mayorista de ropa interior en Nueva York. Un día su jefe se le acercó y le advirtió: "luces muy sexy (para la oficina)".
Según Odes, sus patronos le pidieron que tapara sus pechos, los hiciera lucir más pequeños y usara un vestido holgado que escondiera su figura.
"Cuando empecé a trabajar allí pregunté cual era el código de vestuario y miré lo que todos usaban (...). Mi vestido era muy atlético y casual", se defendió Odes.
A pesar de que accedió a cambiar su guardarropa para conservar el empleo, fue despedida.
"Eres muy sensual para esta oficina", le habrían dicho.
La sensual mujer se quejó ante las autoridades y ahora espera la respuesta del estado de Nueva York.
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