La crisis económica y una fuerte competencia en el rubro gastronómico en Estados Unidos empujaron a los propietarios de los camiones de alimentos a tomar medidas desesperadas... y también creativas.
Es el caso de la estadounidense Catherine Scalia, de Long Island, una emprendedora mujer de 45 años que instaló un camión de comidas sobre la calle Baldwin, para vender perritos calientes, hamburguesas… y un servicio de acompañante express.
Esto último se supo a raíz de que la señora fue detenida por un agente encubierto, quien compró dos perritos por 5 dólares y a quien ella ofreció, por 50 dólares extras, sus servicios sexuales. Por el hecho, Catherine estuvo presa cinco días.
La noticia cobró gran repercusión en la prensa e hizo que la “Hot Dog Hooker”, como la llaman a partir de ahora ("la prostituta de los perros calientes"), ganara cierta popularidad.
Cuando fue liberada, la esperaban en la puerta periodistas y fanáticos. Ella salió sonriendo, aplaudiendo y agarrándose los pechos: “Soy sexy y lo sé. Si Pamela Anderson puede mostrar su delantera, yo también puedo", gritaba.
Ese día, Catherine aseguró que el puesto de perros de la calle Baldwin seguiría abierto para “hacer negocios”. Sin embargo, tres horas después de su reapertura, la policía lo clausuró alegando que sobre esa calle no está permitida la instalación de comercios gastronómicos.
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