El can de dos años y medio, después de un duro entrenamiento, anda por las calles como cualquier niño en una bicicleta azul diseñada por la dueña. Los vecinos se quedan atónitos al observar tan sorprendente espectáculo.
El briard necesita un poco de ayuda de Karen para subirse a la bicicleta. Una vez a bordo demuestra todas sus habilidades.
“Norman es muy feliz montando en bicicleta y aprendiendo nuevos trucos”, contó su dueña.
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