viernes, 8 de junio de 2012

Ritual judío de circuncisión deja dos niños muertos en EEUU

Un ritual judío posterior a la circuncisión, por el cual quien oficia la ceremonia succiona la sangre del pene del recién nacido, causó la muerte por herpes a dos niños e infectó a otros 11 en Estados Unidos, dijeron autoridades sanitarias el jueves.

Las infecciones del virus del herpes simple (HSV-1) se registraron en Nueva York entre 2000 y 2011, varias incluso dentro del mismo barrio, según el informe al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Seis casos fueron confirmados y el resto considerados probables, ya que los niños se sometieron al procedimiento religioso, pero sus madres y los enfermeros y médicos que los atendieron en el hospital no tenían el virus, que es común en adultos pero puede ser letal en niños.

"La succión oral de una herida abierta es un riesgo inherente para la transmisión del HSV-1 y otros patógenos a un recién nacido y no es segura", señaló el informe semanal sobre morbilidad y mortalidad del CDC.

"La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que consiste en cortar la piel intacta; una técnica estéril debería utilizarse para minimizar el riesgo de infección", agregó.

El HSV-1 es una infección común que según algunos expertos afecta a casi el 90% de la población. No tiene cura.

Un tipo más virulento, el HSV-2, a menudo relacionado con lesiones genitales en hombres y mujeres, afecta a alrededor del 16% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud.

"La mayoría de los adultos están infectados con el virus HSV-1 y lo tienen en la boca y la saliva de vez en cuando, pero no presentan ningún síntoma", dijo el comisionado de Salud de la Ciudad de Nueva York, Thomas Farley.

En una declaración condenando el ritual, conocido como 'metzitzah b'peh', Farley dijo que la circuncisión sólo debería llevarse a cabo en condiciones estériles.

"El Departamento (de Salud) también recomienda encarecidamente que los 'metzitzah b'peh' con succión oral directa de la herida de la circuncisión no deberían realizarse", señaló.

Uno de los niños muertos era un gemelo circuncidado fuera del hospital en una ceremonia religiosa realizada por un mohel, la persona a cargo de la circuncisión, que cortó el prepucio y luego chupó la sangre con su propia boca.

"A los ocho días de vida, los gemelos fueron circuncidados por un mohel, quien realizó una succión orogenital directa. A los 16 días de vida, los dos gemelos fueron atendidos por fiebre y lesiones en el abdomen, las nalgas y el perineo, incluyendo los genitales", dijo el informe de los CDC.

Ambos gemelos resultaron infectados con el HSV-1. El gemelo que fue circuncidado primero murió a causa de la infección.

Su madre no tenía antecedentes de herpes oral o genital ni lesiones genitales durante o después del parto, que es cuando normalmente el bebé se contagia.

Tampoco hubo casos de herpes entre los 14 trabajadores del hospital donde se atendieron los niños.

Sin embargo, una prueba realizada al mohel que hizo el procedimiento, 97 días después de la ceremonia, dio positivo de HSV-1.

La muerte del otro niño se produjo después de un ritual similar en 2011, pero como el mohel no pudo ser identificado, las autoridades lo consideran un caso "probable".

El rabino Avi Shafran, vocero del Agudat Israel de Estados Unidos, un grupo en Nueva York que representa a los judíos ultraortodoxos, dijo que representantes de la entidad se reunirán en breve con las autoridades sanitarias.

Otro representante del grupo, el rabino David Zwiebel, dijo a The New York Times a principios de este año: "No somos ajenos a lo que está pasando".

"Lo peor que podría pasar es que las autoridades regulen esta práctica, entonces podría pasar a la clandestinidad", dijo al diario, estimando que cerca de dos terceras partes de los niños judíos ortodoxos de Nueva York son circuncidados de esta manera.

El CDC dijo que algunas autoridades rabínicas insisten en la práctica como una parte integral del ritual de la circuncisión, mientras que otros ultraortodoxos permiten que la sangre de la herida de la circuncisión sea removida con un tubo de vidrio u otros medios.

Casos similares también fueron documentados en Canadá e Israel, pero es difícil prevenir esta práctica, ya que es un ritual religioso que por lo general se lleva a cabo fuera de los estándares de atención médica, añadió el CDC.

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