viernes, 6 de julio de 2012
Un fantasma verde y feo
Santiago de Chile. No hay que hacer mucho esfuerzo para distinguir a un misterioso espectro en la foto que tomó Ignacio Gallardo (21) el lunes de la semana pasada a las 18.00.
El alma en pena estaría mirando a la calle desde el segundo piso de una casona de La Florida ubicada en San José de la Estrella.
El estudiante de derecho captó la imagen a 15 metros de distancia, sin flash, con una cámara digital Sony Carl Zeiss de 7.2 MP. La quería compartir con amigos de un grupo de Facebook que rescata el patrimonio arquitectónico.
De regreso a su hogar Ignacio vio cómo le quedaron las fotos del lugar que fue construido en los años 40 por el abuelo del diputado Carlos Montes, que luego fue un manicomio y ahora funciona como un jardín infantil atendido por las Hermanas Misioneras Catequistas del Sagrado Corazón.
Fue la mamá de Ignacio quien se percató de que alguien sapeaba por la ventana del centro, por eso el estudiante subió la foto a internet donde algunos han comentado que podría ser un espíritu chocarrero del Chavo del 8 o el último paciente del doctor Dencil.
“Le mandé la foto a un amigo que sabe de fotografía para que limpiara la imagen y al hacerlo sale un demonio verde, eso es un fantasma no cabe duda, si no había nadie. Está en la ventana mirando y es bien feíto. No sé si es hombre o mujer, pero creo que se materializó para la foto”.
¡CAMBIA LA RADIO!
La hermana Claudia Antal vive en la casa y está a cargo del vecino jardín infantil. Dijo que en los tres años que lleva ahí no ha visto nada, pero las parvularias más veteranas recordaron anécdotas para orinarse de miedo.
Contaron que en su presencia se cambia la emisora hacia la señal de la Radio María, que hace algunos años goteaba sangre desde el techo y que insistentemente alguien invisible juega a dar botes con unas bolitas de cerámica que usan los niños. ¡Cuando las tías van a ver quién es, no hay nadie!
El diputado Montes contó que habitó la casa desde que nació hasta cuando se independizó en 1967 y que nunca había escuchado historias de fantasmas asociadas al lugar. “Sólo recuerdo que un silo cercano era motivo de inquietud, pero la casa, no”, confesó sin miedo el parlamentario socialista.
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