Después de un tiempo pensó que sería divertido construir un nuevo personaje con "más emoción" y fue cuando Senna comenzó a fabricar a Wall-E.
La dificultad con la que se encontró fue que mientras que a R2-D2 lo habían hecho de verdad Wall-E solo existía en un ordenador por lo que no tenía esquemas ni piezas. Senna tuvo que ver la película decenas de veces para poder analizar sus movimientos y desarrollar las piezas. Pasaba, al menos, 25 horas a la semana trabajando en Wall-E (también iba a su puesto de trabajo) y estima el tiempo invertido en el proyecto entre 2.300 y 3.200 horas.

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