lunes, 25 de febrero de 2013

¿Has visto un circo de pulgas real?

La primera referencia data de 1578, donde un herrero Londinense llamado Mark Scaliot realizó una exhibición atando una diminuta cadena de oro alrededor del cuello de una pulga.

En 1833 se publica el libro “Historia de una pulga” de Louis Bertolotto, que es el primer documento histórico que hace referencia a este tipo de shows. En 1834 hace el debut en Broadway el espectáculo “The extraordinary Exhibition of the Industrious Fleas”.

Poco a poco van surgiendo nuevos circos, algunos de ellos se instalan en las grandes ciudades, en calles concurridas como el Regent Street de Londres, con sesiones que llegaban a alcanzar las 10 horas diarias.

A principios del siglo XX se hace difícil encontrar shows de estas características y uno de los entrenadores más populares es Hans Mathes, que utiliza pulgas vivas y las exhibe anualmente en el concurrido festival Oktoberfest de Munich. Curiosamente, su desaparición se debe a la extinción de la pulga humana, la más fuerte de todas y que podía hacer estas exhibiciones.

Paralelamente los ilusionistas toman el relevo y en algunos casos sus circos no utilizan insecto alguno, y radican en la habilidad del artista y a varios dispositivos eléctricos, magnéticos y mecánicos para convencer a la audiencia de su existencia.

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