Una tortuga llamada Manuela, que había ‘escapado’ de su hogar en Río de Janeiro, Brasil, hace 30 años, fue encontrada viva en un depósito de mercaderías. El pobre quelonio fue dado por perdido o muerto luego de una extensa búsqueda.
Sus propietarios asumieron que el animalito se había ‘corrido’ durante la construcción de la casa, luego de que unos obreros dejaran abiertas unas puertas.
Sin embargo, tres décadas después de la ‘desaparición’ y luego de la muerte del dueño de la casa, sus hijos comenzaron a limpiar las habitaciones de la propiedad hasta llegar a un cuarto que siempre permanecía cerrado y en el que guardaban cosas viejas, cables, materiales y mercaderías. Fue así que uno de ellos se sorprendió al encontrar a la tortuga dentro de una caja de cartón. Lo curioso es que el hombre no se dio cuenta hasta dejar el paquete en la calle y que un vecino le advirtiera “no piensa abandonar a esa tortuga, ¿no?”
Consultado por el diario O Globo, Jeferson Pires, veterinario, explicó que la tortuga pudo haber estado alimentándose de termitas y lamiendo agua producto de la condensación del lugar.
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