“Nunca pensé que aquella luz, en forma de flama, que durante más de una hora estuvo en el espacio de la aldea, fue el preludio de algo más grande; pues días después el niño descubrió al pie del árbol de cedro el rostro o imagen de Jesucristo”, dijo la maestra jubilada Cristina Castro.
Le educadora recordó que la luz fue observada por ella el pasado 14 de febrero a las 10:00 de la noche, cuando todo en la aldea era tranquilidad y la feligresía desarrollaba una peregrinación del Cristo de Esquipulas, en esa jurisdicción.
“Estaba en la sala de mi casa y ante el imperante calor, decidí salir un rato afuera; para mi sorpresa y bajo un hermoso cielo estrellado de aldea Las Vegas, divisé a la distancia una bola de luz en forma de llama; aunque en un principio me dio curiosidad, conforme pasaban los minutos, sentí paz y tranquilidad como si aquello que estaba observando era algo natural y que transmitía paz; fue verdaderamente inusual y hasta algo raro”.
La profesional de las letras insistió que tras ese hecho, los infantes descubrieron el rostro; “era como si Dios nos enviaba señales de que algo bueno nos iba a ocurrir a los vegueños, por lo que estamos bendecidos por tanto acto celestial que nos ha pasado”.
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