Según informa el Daily Mail, Brooke no puede hablar y tiene dientes de un bebé, pero los médicos no pueden explicar las razones para ello. La joven ha sido examinada por algunas de las instituciones de investigación más prestigiosas de Estados Unidos, pero aún no ha recibido un diagnóstico final.
Eric Schadt, director del Instituto de Biología Genómica en el Mount Sinai Medical Center de Nueva York, dijo que Brooke "no tiene aparente anomalía en el sistema endocrino, o cualquier otra anomalía conocida por causar problemas de desarrollo".
Las pruebas muestran que los jóvenes pueden sufrir de una mutación genética que "apaga" su capacidad de envejecer. El equipo de Schadt trabaja en la secuenciación genética de Brooke y espera identificar un gen mutante responsable de la anomalía.
Los científicos creen que su código genético único podría proporcionar nuevos conocimientos sobre el proceso de envejecimiento, lo que lleva al desarrollo de nuevos tratamientos para las enfermedades relacionadas con la edad como el Parkinson y el Alzheimer.
Mientras esperan un diagnóstico, la familia de Brooke se turna las 24 horas del día para garantizar la atención de la hasta ahora niña, ya que se alimenta a través de un tubo insertado en el estómago. También ha sufrido una serie de problemas de salud con riesgo de muerte, incluyendo accidentes cerebrovasculares, convulsiones, úlceras y problemas respiratorios.
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