La frase reza: "si los cerdos tuvieran alas". Quizás, esa expresión de deseo hubiera sido una probable solución al problema motriz de Chris P. Bacon, un cerdito que nació con malformaciones en las patas traseras. Pero, no todo está perdido.
Tras ser abandonado por su dueño en un hospital animal, un veterinario, Len Lucero, le construyó un pequeño carro con dos ruedas que reemplaza a los miembros faltantes. Para ello usó uno de los juguetes de su hijo más chico.
De este modo “panceta crujiente” -tal es el juego de palabras que esconde su nombre- puede moverse de un lugar a otros sin mayores problemas.
En animalito pesa 1,8 kilos y se alimenta con una mezcla de leche y cereales cada seis horas. Con el tiempo, el veterinario planea construir un carro más grande.
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