miércoles, 6 de febrero de 2013

Desvían un vuelo para arrestar a una beligerante familia fumadora

Probablemente los MacNeil no estaban al tanto de que está prohibido fumar en los vuelos en Norteamérica desde hace 20 años. El núcleo duro de esta familia canadiense -el padre, la madre y los dos hijos- disfrutaban de un plácido vuelo de Halifax a la República Dominicana cuando decidieron regalarse no uno ni dos, sino tres cigarrillos (el hermano pequeño aún no fuma) y no en el baño, como hacen algunos adictos desesperados, sino cómodamente sentados en sus asientos.

Eran otros tiempos, más alocados y libertinos

Las azafatas del vuelo de Sunwing no daban crédito a aquella escena tan familiar como anacrónica. Uno de los pasajeros alertó al personal, después de que su tímida protesta fuera respondida con “lenguaje grosero” por la familia canadiense. La aeromoza que acudió a reprenderles también fue recibida con una andanada de ese mismo lenguaje: “¡Me he meado en el suelo del avión!”, gritó el cabeza de familia, David, de 54 años, acogiéndose a la “doctrina Depardieu”.

La legislación canadiense dictamina que en caso de amotinamiento del pasaje el vuelo debe tomar tierra en el aeropuerto más cercano, así que el capitán de la nave enfiló el morro hacia Bermudas, donde los cuatro familiares fueron detenidos. David y Donna, los padres, fueron condenados a 500 euros de multa y diez días de prisión en la isla caribeña. David hijo, de 22 años, fue puesto en libertad tras declararse inocente de fumar en el baño, igual que su hermano pequeño, de 16, porque aún no se da al vicio.

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