La madrastra del joven lo reconoció tras hacerse públicas las fotografías del adolescente: se fugó de su ciudad natal, en Holanda, solo unos días antes de que apareciera en Berlín el pasado mes de septiembre.
El misterio del niño del bosque alemán ha quedado resuelto un año después. La madrastra del joven le reconoció un día después de que la Policía alemana hiciera pública una fotografía del adolescente. Es holandés, tiene 20 años y su nombre real es Robin, aunque él se hacía llamar Ray.
Se desconoce el motivo por el que Robin decidió fugarse de su ciudad natal de Hegenlo, aunque según informaron fuentes de su instituto, se trababa de un niño que tenía «problemas personales». La última vez que fue visto en la citada localidad holandesa fue el pasado septiembre, tan solo unos días antes de que apareciera en la capital alemana.
El joven se personó en una comisaria de Berlín asegurando que había pasado los últimos años de su vida viviendo junto a su padre en mitad de un bosque en las cercanías de la ciudad teutona. A penas parloteaba el idioma germano y se comunicaba con los agentes en inglés a quienes les explicó que se mudaron al campo hace cinco años tras la muerte de su madre y que había decidido volver a la urbe una vez que su padre falleció y lo enterró con sus propias manos. La Policía entonces ya tenía serias dudas sobre la veracidad de esta historia que hoy se demuestra totalmente falsa.
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