jueves, 14 de febrero de 2013

Historias de ‘rapiditos’: Cuando las ganas son inmanejables

Las anécdotas de agarres calientes en el ascensor o en el avión son clásicas, pero ¿un ‘rapidito’ en la Feria Mistura? Hay quienes desafían no solo a la seguridad, sino también a lo permitido.


La cama no es necesariamente para descansar. Uno puede poner en práctica todo lo que la imaginación, las atracciones fatales y los colchones aguanten. Sin embargo, no siempre vamos a tener una de ellas a la mano.

De hecho, con alguna frecuencia demandamos con urgencia una, y no necesariamente para dormir, sobre todo cuando tenemos una relación que recién empieza y las ganas que le tenemos a nuestra pareja son inmanejables. En ese momento despierta nuestra creatividad y hacemos de cualquier rincón un nido de amor. Repasemos tres historias que lo cuentan al rojo vivo.

AMOR EN EL ELEVADOR
“¿Ocho pisos? No te pases, tomemos el ascensor”, se quejó Luciana (35) con Mario (42), su esposo. Era la 1 de la mañana y, por fin, regresaban al edificio donde vivían. Una vez en el ascensor, Mario apagó la luz. “¿Qué haces?”, preguntó Luciana. “¿Te parece si lo hacemos aquí?”, dijo. “¿Qué te pasa? ¿Y si nos ven?”, replicó ella. “Somos los únicos, mi amor. ¿Un rapidín puede ser?”, dijo él.

Luciana se dejó llevar. Producto de la acción, y los traguitos de la reunión, presionaron todos los botones sin querer con sus cuerpos sin control. Fueron del piso 1 al 10, del 10 al 7, del 7 al 5. Hasta que la espalda de Luciana apretó el botón de alarma. Asustados, se acomodaron la ropa y prendieron la luz justo antes de que se abriera la puerta. El vigilante, al verlos con cara de culpables, sonrió. “Me parece que se equivocaron de departamento”, comentó.

MENÚ COMPLETO
Cuando oímos que la comida puede ponernos “sabrosos”, no lo creemos. Y quién diría que Mistura, la feria gastronómica más grande de América, podría ser un lugar excitante.

Al menos eso creían Gabriel (26) y Diana (23), a pesar de la numerosa asistencia al evento. Después de probar el cebiche más rico del mundo, sintieron un inesperado efecto afrodisiaco. Como lo leen, Gabriel y Diana sintieron el llamado de la naturaleza y buscaron primero detrás del rocoto gigante y, luego, tras la combi salchipapera. Pero no eran lugares propicios.

Entonces hallaron un baño desocupado. Entraron sigilosamente y empezaron la acción. Apenas pasaron dos minutos y una voz familiar los asustó. “¿Quién anda ahí?”, dijo. Gabriel y Diana se vistieron y salieron disparados. Al ver al personaje, se quedaron mudos: era un reconocido cocinero que salía en televisión. “Estuvo bueno el tiradito, ¿no?”, les dijo.

CON LOS PIES EN ALTO
Contraviniendo las normas de las autoridades aeronáuticas, Rolando (27) y Deyanira (25) decidieron aprovechar el vuelo Lima-Piura para usar el baño. Juntos. Y revueltos. Era un viaje nocturno, así que la mayoría de pasajeros dormía.

En un momento de distracción de las aeromozas, ambos se colaron raudamente al baño. Con las justas cabían. “Shhhh”, dijo Deyanira. Dadas las circunstancias, había que ser silencioso. Tampoco había tiempo para demasiado foreplay ni detalles tántricos.

“Ponte así y yo me pongo así, ¿ok?”, explicó ella con conocimiento de causa, ya que había leído un manual en Internet. Rolando obedecía a medio camino entre el éxtasis y la angustia. La travesura duró cuatro minutos que parecieron más. No hubo interrupciones ni turbulencia. Afuera, los pasajeros dormían.

DATOS
- El multimillonario Richard Branson contó, en una entrevista para la revista GQ, que tuvo relaciones sexuales en un vuelo de Londres a Los Ángeles.

- La compañía estadounidense Flamingo Air, dedicada a ofrecer vuelos de avioneta, permite a los pasajeros tener sexo a bordo por 425 dólares la hora.

Fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario